martes, 15 de noviembre de 2011

TEATRO (Demonologioa Psicologica)

A: Claudia Marisol L.C.

LA COCINA DEL DIABLO

Dramatis Personaje

Perseo: Amante

Perséfone: Amante

Mefistófeles: El Diablo

Beatriz: Señora de los cielos

Coro: Demonios con alas de murciélago y cola de rata

Aquiles: Amante de Perséfone

Cecilia: Entidad, Ángel, Espíritu.

Escena: una cocina antigua además de artefactos de tortura

Entra el coro (Demonios con alas de murciélago y colas de rata)

Erase una vez una cocina que vivía muy feliz en un almacén de un viejo carpintero, hasta que una funesta y triste tarde de invierno la trasladaron hacia un hogar; qué lugar tan hermoso y grande, había mucho espacio, todos los muebles estaban tan emocionados y fueron llenados de maravillosas cosas…

Cuchillos afilados, cazos sucios,

agua hirviendo y en ella trozos de carne explotando,

una mesa de madera preparada para abrir, cortar y destazar…

Trozos de pollo, patas de cerdo y harina, mucha harina,

aceite dorando y el horno cociendo con un fuego que todo lo consume,

ahí en la cocina a la hora de la comida

Nace otra historia, vida y muerte, renacimiento y más muerte.

PRIMER ACTO

PRIMERA ESCENA

Un cielo estrellado y en su manto aparece el rostro de Beatriz, deidad de los cielos y las galaxias.

Beatriz: Un amor se cose a fuego lento, con la llama de unos ojos que arroban al tiempo, luna, amante nocturna y las estrellas luciérnagas enamoradas que iluminan senderos mágicos y amarillos…

Amor: insoluble, invisible, ciego y profundo como un hoyo en la eterna negrura del espacio sideral, sin principio ni final, augurio y enigmático, paradigma y solución de la idiota razón…

Amor de mi corazón, hilo de plata que muestra el oculto camino al desconocido inicio, amor de madre y de padre, susurro en silencio de un “hasta mañana” al despedir al infante al dormir.

Amor; creador de vida y sanador de la inválida esperanza que carece de piernas fuertes para correr por las verdes paraderas del Nirvana. Amor: gota abarrotada de sensaciones más allá de lo sensorial, eléctrico y sublime… canto a ti, canto eterno y etéreo, sales y regresas al único, el uno es amor y amor solo es uno.

(Entra Perseo y Perséfone a la cocina del diablo) a la edad de 15 años

Perséfone: He de confesarte que al mirarte, mi pecho se infla de tanto amor, tócalo y lo sentirás, mi corazón es una manada de caballos desbocados a punto de caer a un desfiladero, si no me besas en este momento voy a caer precipitada a las rocas del desprecio.

Perseo: Te resucitaría si eso pasase con un beso al amanecer de una tormenta en medio del ojo del huracán, mas… tus padres pueden llegar, así que rápido voy a consolar tus ansias cuyos gatos nocturnos a la luz de la muda pálida que desata los prohibidos amores húmedos, así, este momento será inmortal, quedará grabado en una oración un poema y una canción…

Perséfone: Tu boca bendice mis labios con el agua de tu ardiente corazón, no sé qué pasa no estoy más aquí, ahora divago entre exhalaciones y suspiros que carecen de aire, todo está atrapado entre tus labios y el sello sagrado que estos han apostado para ver quien sobrevive de manera gloriosa, estoy flotando como una hoja al viento y me pierdo en sueños lejanos…

Mi madre me dijo. - si quieres atrapar el corazón de tu caballero valiente, entonces deberás cocinar… algo al fuego lento, no hay más talento que una mujer preparada para mezclar los ingredientes que hacen que una tarta tenga un suculento sabor, no cocines de prisa puedes derramar el azúcar, sal de más puede causar un malestar, los condimentos picantes pueden resultar desastrosos, así que piensa bien no hay mejor que el agua miel, toma pues el libro de recetas y pon manos a la obra que el amor llegó, ¡el amor llegó!

Perseo: Una luz intensa es la que miro al contemplar tus ojos cuando me embisten, los sentimientos presos de angustia y la desesperanza se marchan exiliados a la isla del olvido,

no te perderé, muchos años ausente estuviste, lejos de mí, cada día un siglo, cada segundo, arena de reloj de eterna caída, ahora estas por fin aquí conmigo, no te dejaré escapar como el amante sol a la luna, este pecho caja de huesos que guarda un corazón que solo late por ti, el día que me dejases entonces sería mi fin, no habría entonces valor agregado por la vida, de esta manera moriría, solo y agotado en el rincón de la locura, no quiero ni pensarlo amor, promete quedarte a mi lado que yo te amaré por siempre, pero solo si lo prometes…

Perséfone: lo prometo…

Perseo: Hecho esta. Este amor ya no se podrá deshacer… pacto de sangre ha quedado escrito, las estrellas serán los jueces y nuestros cuerpos los testigos, ahora nada ni nadie nos podrá separar, la muerte seria pues nuestro beso final…

(Se van de la cocina del diablo)

ESCENA DOS

Entra Mefistófeles a la cocina del diablo (ésta) es trasportada a un desierto en el que las dunas están ardiendo intensamente.

Mefistófeles: Yo soy yo, soy el mí mismo, el sí mismo… soy el éxtasis del éxtasis, aparezco siempre y siempre aparezco, los pactos son para mí dulces y botanas, de esta manera me dispongo a disfrutar el teatro de la vida y mis obras favoritas son las tragedias, calamidad y sufrimiento los finales oscuros y funestos son los mejores “finales felices”. Y sufrieron felices para siempre…

Hay senderos rectos y caminos torcidos, a mí me gustan más bien los fáciles de cruzar pierdes el alma pero disfrutas fortuitamente. Sin ambages he de decir Yo soy aquel que se oculta tras las vestiduras de los celos, la lujuria, ira, pereza, avaricia y muchas formas más… cada vez que alguien quiere encontrar los misterios del amor yo intervengo y saben que soy tan experto en esas artes que siempre me salgo con la mía. No hay quien pueda conmigo.

(Mefistófeles se va del desierto en llamas)

(La escena cambia a unos suburbios; una casa cerrada por grandes bardas en ellas están los demonios con alas de murciélago y cola de rata en forma de gárgolas, entra en escena Aquiles)

Aquiles: Perséfone, estas en mis pensamientos siempre adherida como partículas de acero sinterizadas y forjadas a temperaturas más calientes que el mismo astro rey, no sé cómo olvidarte, no me conoces y ya te adoro cual sublime virgen postrada en roca de un inmaculado templo. Te dejaré una rosa como símbolo del vínculo secreto entre mis pensamientos… acertijos y respuestas que te harán enamorarte de mí en un tiempo no muy remoto.

Demonios: Tú, humano decrepito, ¿Crees que puedes romper un pacto de sangre? ¿Acaso no conoces las leyes cósmicas?, qué las vas a conocer si estas mas dormido que un guardia en una mazmorra olvidada…

Aquiles: No me importa, las cadenas se pueden romper, además un par de pensamientos negativos no me detendrán, la tarea será ardua pero aun no conozco eso que llaman “limite”.

Soy alguien que no conoce fronteras ni tiempo, no empleo la templanza solo la añoranza, váyanse de aquí que no detendrán el terremoto que se aproxima, sacudirá toda la faz de la tierra y triunfaré, me quedare con ella, la persistencia vence al romanticismo que carece de fundamentos reales solo fantasías y sueños fatales…

Demonios: Vemos que te gusta mucho el ego, nosotros te vamos ayudar solo no podrás derrumbar el muro que han levantado Perséfone y Perseo, será algo complicado pero lo lograremos, mas tienes que atenerte a los resultados pueden ser buenos o fatales la desgracia y la pestilencia ahora serán tu compañía y tus aliados, pero ten cuidado con lo que haces, nosotros somos neutrales nos gusta ver perdidos a todos, no somos precisamente unos ancianos justos si no todo lo contrario, deja pues esa rosa que te abrirá las puertas hacia el cofre corazón de Perséfone.

Aquiles: No los necesito creo poder solo, pero no acepto con frecuencia los fracasos, pues me apresuro a dejar esta rosa, no es tiempo que me conozca el amor de mi vida.

Demonios: Aquiles pincha tu dedo índice con las espinas del tallo de la rosa y empapa con tu sangre los pétalos, deja que nosotros seamos los intermediarios del amor y lo nuestro la pasión.

Aquiles: No sin antes acariciar los pétalos y platicar a solas con ellos, pues serán los emisarios de mi amor por aquella a la que tanto adoro:

Rosa roja tú que fuiste creada para ser la embajadora del amor,

La encargada de llevar entre tus pétalos la carga y angustia de esperanza,

El desenlace de un beso añorado por eternos días que auguran locura y espanto por el rechazo,

Rosa bendita y desalmada no me hagas pagar más penas que en tus fuerzas esta mi destino, enlazado a tu tallo con espinas que provocan heridas y tu tan galante y salerosa te alzas al cielo, erguida llena de vanidad por una belleza celestial,

pues sé tú rosa maravillosa la que día a día enamores a esta mujer,

tráela pues a las puertas de mi corazón,

yo esperare con ambrosia y desdén el desenlace de este romance.

Demonios: otro más que cae víctima de unas faldas que se alborotan al son del viento y ritmo de canciones depresivas y aborrecidas notas, definitivamente el arte por estos días se ha perdido,

De nuevo ganamos ahora tenemos que disputar este triunfo con Mefistófeles.

ESCENA TRES

(Entran a la cocina del Diablo Perséfone y Perseo la que se trasporta a un bosque oscuro;

(Hay demonios con formas de árbol cantando)

Demonios: La formula de: tiempo sumado con rutinas desgastantes nefastas y efímeras… despejado con una dosis de atrevimiento y amor clandestino nos da como resultado: traición, que adorable es la “traición”; droga sutil que recorre los canales en donde viaja a toda velocidad cual automóvil con una buena cantidad de aire y combustible, furioso solo deja la estela y los vapores, solo ese olor y las manchas de neumático quemado en el asfalto.

¿Cómo es posible que el tiempo los una y también los abandone?

Perséfone: ¿cuánto me amas? ¿Estarías dispuesto a quererme esta noche de desdén y locura? Este verano quiero ser tuya, desnuda mi cuerpo que mi alma quiere sentir el aire libre, sin ataduras ni perjuicios, mi madre está dormida y mi tío duerme como un tronco.

Perseo: mi corazón arde cual fragua de Vulcano, en la forja del destino, esta noche no solo te amaré sino que nuestros caminos quedaran cruzados para siempre, jamás podré dejar de pensar en ti, así pase una eternidad no cabra en mi corazón un solo átomo de olvido, estas palabras están escritas en el viejo árbol en donde nos besamos por primera vez.

Perséfone: Creo ciegamente en tus promesas amor, mas existe un frío miedo en mi corazón, tu fama de Don Juan y bandolero es lo que me pone a temblar en las madrugadas, se también que te apodan León, y que eres el líder de una banda llamada El Circo, así que dime una cosa, serias capaz de traicionarme, mírame estoy desnuda y sin ambages, mira directo mis ojos, te advierto. Esta noche. Tu traición seria una maldición jamás te dejaría solo, y te acosaría cual jauría hambrienta de hienas infernales, no solo porque lo digo sino porque está escrito, no debes jurar algo que más tarde te condenará y atará hasta que pagues con creces.

(Perséfone se marcha del bosque oscuro)

(Entra una mujer de negro con velo, tiene cola de rata, es un demonio disfrazado)

Mujer demonio: León… dime que tan valiente eres… serias capaz de despreciar una mujer que está desesperada por un rato de amor, acaso no te gustan un par de senos perfectos, además nadie tendría que saberlo… así que dime qué dices…

Erotismo y nihilismo, perdición… desdén en el diván de la locura; el sudor lamía su entrepierna y los vapores hervían, ambos cuerpos sacudiéndose cual ritual afroamericano a la orilla de una playa de Brasil, todo termino con explosiones efímeras y ambiguos poemas épicos de guerra oscura. Mujer amante tras de ti una sombra con figuras diabólicas, loba hambrienta, incapaz de saciar tu sed de lujuria infinita como la negrura del nocturno, tentación y vicio copa embriagante de vino.

La mujer demonio se marcha del bosque oscuro.

ESCENA CUATRO

La cocina aparece en la luna muerta cual esperanza en ella esta Perseo

Perseo: Perdido ahora me encuentro en el firmamento, el sendero de la traición error fatal y sepulcral camposanto, abre tus puertas que rumbo a tus jardines voy, ¿Qué he hecho? ¿Cómo remediarlo? Si de las estrellas no puedo ocultarlo, mi cabeza rodará entre los pies de aquellos que me juzgarán y la vergüenza venidera desprovista y carente de un indulto que se aleja despavorido cual animal asustado por manada de fieros jaguares, no cabe duda no hay salida ni estancia para los que derraman la copa de la sinceridad ahora y en este lugar algo morirá…

Beatriz: mi amor… como duele y duele lloro y lloro, más aun así imploro, marcharás a las oscuras nubes y tempestades tormentos y remordimientos hienas que esperan el momento de aquel moribundo amor que se perdió entre los espesos y grotescos pecaminosos pensamientos, engreídos demonios a los que cortare la cabeza de un tajo con mi espada flamígera…

Ustedes los negativos han cegado a mi hijo, y yo poderosa guerrera los hare trizas, levántate cobarde lucha con ellos, pensamientos oscuros, lobos que devoran y se alimentan con lastras producidas por las escenas lascivas.

Demonios: nada podrás hacer ya, perdido esta, el pacto quebranto y la tierra bajo sus pies abrió, esa ahora nuestro, nada queda, despojos ahora es… nos lo llevaremos y a las cavernas bajaremos escrito a quedado su alma nos pertenece no hay pues esperanza para tu amado, ha fracasado.

Beatriz: Eso está por verse no descansaré hasta traerlo de nuevo y verlo renovado por ahora es tuyo pero ten cuidado demonio estaré detrás de ti hasta atraparte y te asesinaré.

Perseo: Alguien inventó la guillotina, alguien esta hincado esperando para ser juzgado, alguien tiene puesto el traje de verdugo, la mano tira de la soga y mi cabeza rueda por los pies de aquellos que asistieron a verme caer…

Demonios: Se fue, un día sin rumbo, se perdió entre el holocausto tempestuoso de palabras, actos negros, perversos, no volverá, no tiene ya un propósito aquel que mueve, organiza, dirige y al final muere, es causa y efecto. La traición solo es una vieja tradición que veta al amor, aquel que solo lo podrá rescatar de aquella maldición que el juramento estelar comenzó y solo el amor lo detendrá.

ESCENA 5

Perseo yace en el suelo inerte como si estuviera muerto,

Un par de meses después. Entra a la cocina Perséfone y una médium

Médium: Hace dos lunas llenas que ha desaparecido, no logro sentir su fuerza vital solo un murmullo, un susurro, un hálito sin esperanza, probablemente esta en un lugar muy oscuro en donde la luz es muy escasa, quizás una caverna en lo más profundo del infierno, en donde gobiernan feroces demonios que custodian los pensamientos y los actos mal sanos, tratare de ver dame una taza de café, una donde él tomo por última vez, leeremos los restos y sabremos algo más que una hipótesis de suicido mental. (Perséfone le da lo que pide)

Engaños… traición, infamias… solo nos queda hacer algo. Hay que bajar al infierno por él, lo haremos hoy. Esta noche, vete y compra mucha harina y carne, semillas y todo lo que puedas comer. Perséfone se va de la cocina del diablo, regresa horas más tarde.

Médium: deberás comer todo el alimento que puedas así que comienza de una vez, cuando sientas que no puedes más, continuaras comiendo, así como lo estás haciendo vamos traga todo lo que puedas y no se te ocurra vomitar, eso es vamos bien, sentirás algo de sueño no lo evites y acuéstate en la mesa, duerme, ahora mi persona y esta hierba que lleva por nombre “mala mujer” te guiaremos hasta donde puede estar Perseo, lo que tienes que hacer sin titubear es besarlo de un solo golpe, mala mujer tiene un nombre mortal y es Cecilia; ella estará siempre a tu lado y te guiará en el “ lado negro” no marcharas como las almas que penan ahí, tu rodearas la entrada hay un hoyo oculto que los demonios guardianes de la puerta de madera oscura desconocen… Les hare un círculo mágico, el cual solo ustedes mismos pueden romper voluntariamente, más abajo hay demonios más antiguos que la misma luna, vayan pues con orden en su corazón y mente.

Perséfone deja la cocina del diablo para bajar hacia el infierno, Beatriz toma la forma de sus sombras y baja con ellas.

Beatriz: Sola no podrá cruzar el infierno para despertar a Perseo.

Demonios con cola de rata Bajen, bajen…ya no subirán, descenderán y se perderán, jamás regresaran, la inmundicia los espera y los devorará, ¿pero que hacen? ese no es el camino están errando ¿por qué están rodeando?, no burlaran a los guardianes de Satán los vamos a delatar, tocaremos la corneta que estremecerá la gran boca del diablo…

Beatriz: Callen miserables lastras del averno, criaturas pestilentes, si no cierran las mandíbulas los hare polvareda cósmica, son mis brazos una constelación del fuego, mi alma es plata, y mi lengua es una espada flamígera y mortal a los demonios, decapitara si su hocico no deja de balbucear… (Ruedan dos cabezas a un lago de fuego y tormento) tú demonio al que perdoné la vida dime el camino oculto, habla o la segunda muerte te daré.

Demonio con alas de murciélago: Afuera de los nueve círculos del infierno hay 3 caminos alternativos los clandestinos les llaman las “tres furias” son tres capas de cebolla, son 3 emociones negativas infra humanas, el lado oculto de la luna psicológica y las gallinas de Hércules a todo su esplendor, aquellos que han caminado por ellas locos transitan entre el limbo y el dolor de crujir de dientes.

Beatriz: Los resultados precoces de tu lengua sucia no mancharan la empresa que por nombre lleva “la cocina del diablo”.

Demonio con alas de murciélago: hágase pues la voluntad de la señora de los cielos

Cecilia: Mira, el demonio nos está indicando un sendero, alcanzo a ver una puerta roja, rápido no hay tiempo que perder, recuerda que hay recuerdos encerrados en la memoria estos afloraran y te despistaran, leí un libro sobre eso.

Perséfone: ¿Leíste? No sabía que las plantas lo pasaran estudiando cosas del infierno.

Cecilia: Estudiar es lo único que hacemos hasta que los magos nos ordenan hacer alguna de sus voluntades, no importa que sea, nosotros no distinguimos el bien del mal, todo es lo mismo, “valores” dicen los libros que se llaman positivos y negativos. Ten cuidado con las manos que brotan del suelo o no lo lograremos.

Beatriz: Cual hierba mala arrancaré vuestras manos para abrir el paso a lo desconocido y macabro, la primera puerta siniestra esta frente a nuestros ojos, ahí habita la primera furia; bestia maldita y desalmada te destruiré tan pronto estés delante de mí.

Cecilia: espera abriré la puerta con el cantico sagrado mágico, “puerta os ordeno abríos y dejadnos pasar, pues hemos perdido toda voluntad a tu inmundicia queremos penetrar” (La puerta se abre con rechinidos metálicos muestra evidente de sequedad en sus bisagras) entran a la cocina del diablo mas esta está decorada por muchas gárgolas de demonios y en la mesa hay un corazón humano del tamaño de un pavo, ahí mismo sentado aguardando esta Aquiles por sus manos corre sangre, intento de suicidio.

ESCENA 6

Aquiles: Henos aquí amada mía, encontrarnos en los cuernos de “Andramelek”, dime; has venido desde la tierra de los que no lloran pena ni mastican tragedias para deponer depresiones. Háblame sobre las rosas rojas que te di, cuyos pétalos inspirados en rojos nutridos de ambrosia pasional y fortuitito desenlace fatal, que vorazmente devora, cual lobo hambriento, asesina despiadadamente y frenético por la luna llena, al fin ¿Dieron el resultado esperado?, si con los besos que te robe al final por lastima o lujuria decidiste donar un poco de tu amor a la causa, todo el tiempo de ausencia de Perseo, tu corazón no pudo con la soledad que tan sola esta, y a mis brazos fuiste a parar.

Perséfone: Calla, calla de una vez, sabes que si amor te di no fue para hacer una cobertura a mi corazón, por absurda soledad que me ataco por la espalda, y a traición; “Traición” que cometí y por ella estoy en busca del perdón de mi amado, tarde comprendí que mis faltas no fueron sino el furor de unas rosas que calmaban mis ansias del calor que solo los labios alojan, pues en mi cuerpo el invierno invadió y tus brasas me resguardaron, tiempo en el cual hubiera muerto de hipotermia mi corazón, más, cruda realidad y como después de una botella de aguardiente, siento remordimientos y vergüenza, mas aun así no pararé hasta llegar a él…

Aquiles: no es así, la historia no termina de esta manera, sabes, los traidores nunca acaban viviendo felices para siempre, hay algo en su sangre que cada vez que llega al corazón frustra la piedad, así que de nuevo vuelve a comenzar y otra vez lo hace, “vuelve a engañar”, mentir es una canción, un circulo de el desamor, lo harás cual manecillas de reloj, comenzaras en un punto y terminaras en el mismo, es por eso que nosotros juntos tenemos que estar, solo los ladrones se juntan con los mismos ladrones, entre ladrones no se debe robar, aunque por uno de tus besos yo sería capaz de matar.

Cecilia: Es menester que termines con el Samsara que es la rueda de los tiempos que no es mas que un sofisma disfrazado con huesos, piel y malos escrúpulos, no hay piedad no hay bondad, a los malos pensamientos hay que asesinar, de un tajo y con la espada flamígera, solo la gran deidad lo hará, pero a ella tienes que conjurar.

Perséfone: Si, lo confieso de ti me llegue a enamorar, entre vísperas de tristeza, melancolía y tragedias, comedias bélicas entre Perseo y mis caprichos, al amor quise dar una pauta quizá capitular, y cedí a ti, pero ¿cómo continuar contigo? si eres sinónimo de psicópata no me dejabas ni descansar, me seguías a todas partes y a todos lados, te encontraba hasta en el sopa, y en los viajes siderales lograbas ponerles punto final.

Aquiles: No es sino para cuidarte, es solo para amarte y protegerte, nadie más que yo podría alabarte cual altar a Cuatlicue, nadie sabe cómo tratarte soy un agente encargado de hacerte la mujer más feliz del mundo aunque tenga que azotarte para hacerte ver que soy yo el hombre que tienes que tener, solo yo y nadie más que yo, no soy un terco enfermo solo tu eterno enamorado a caso no te has dado cuenta, soy tu sombra tu nombre y sangre…

Cecilia: Es menester terminar con este Ser diabólico, matarlo, aniquilarlo. Decisiones ¡oh decisiones! Pero dime entonces ¿el amor conoce de piedad?, ¡no!, jamás en este lugar, vamos debemos avanzar o ¿es tu empresa quedarte entre las sombras? recuerda a que hemos venido, el amor nos espera, tu amado errante vagabundea entre espectros y una ostentosa muerte eterna y cruel.

Aquiles: Así que has decidido asesinarme… ¿cómo lo harás? borraras mi nombre de tu cuerpo, olvidaras las noches en el traspatio ocultos de todo ambiente y vecinos chismosos, olvidaras las bromas de alcoba, pecados impuros y mensajes eróticos que tanto te excitaban, todo lo borraras y dime pues ¿cómo lo harás?.

Cecilia: No lo escuches concéntrate y calma tus pensamientos que ahora están huracanados, el mar loco los azota cual rocas en la quebrada de la infamia, es tiempo, vamos hay que luchar, el miserable está atacando tus puntos vulnerables, no te culpes o quedaremos dentro de este horripilante mundo. (Perséfone cae derrumbada al suelo) Cecilia se hinca a un lado de ella y canta.

Cecilia: La derrota, el abandono, el fracaso solo son soldados vestidos con el color rojo, armados con el desprecio, el fusil de la ironía, y el cuchillo de la tiranía, todos son unos miserables que aguardan el momento propicio para atacar cobardes… malditos sean, condenados a estar engarzados en las cadenas de la mentira, es tiempo que conozca su lado oculto la luz del sol, el calor de la verdad es entonces que perecerán.

Aquiles: Tonta y estúpida entidad, Ángel oculto en los despojos de una hierba acaso crees que no te reconocí, soy más astuto que tú, pues conozco la maldad camino en ella y la disfruto mientras tú lo pasas con libros en busca de la verdad, y la verdad es que disfrutaré aniquilando a tu encomienda, ella en mis palmas esta ahora, morirá cual perro en antiguo matadero, rodaran cabezas y atrapados quedaran “Caon” ¿Dónde está tu protector? Rio y carcajeo sois unos idiotas ¿acaso creen que los dejare pasar? yo soy la Furia y mi nombre es “infidelidad” demonio de la mente los hombres me adoran y yo me dejo querer.

Cecilia: ¡Vamos! Perséfone levántate y pelea… En nombre del logos, por la fuerza del logos pido se me conceda enfrentar a la entidad demoniaca que castiga sin piedad a mi protegida… (La furia de una bofetada derriba a Cecilia que moribunda se arrastra lentamente hasta llegar a Perséfone que en el suelo esta inconsciente con los ojos en blanco su mente simplemente se perdió)

Aquiles: Par de ilusos, como se atreven a entrar a mis aposentos sin consentimiento, ahora cercenaré al alma de la mortal y al ángel lo crucificare en mi puerta para que les sirva de ejemplo a los que busquen rescatar un alma perdida.

Beatriz: No… no moverás ni siquiera una pestaña, menos tus pezuñas demonio, déjalos en paz, que yo a ti te daré la paz, que no conoces, conmigo no podrás si quiera pronunciar mi nombre y muerto caerás, no salvaré al mundo de tu salvajismo pero si a este par de niños, ahora muere por tu propia voluntad, polvareda cósmica serás… (La furia se consume con un fuego ígneo y etéreo)

ESCENA 7

(Cecilia se recupera y carga arrastras a Perséfone por un camino pantanoso)

Cecilia: Hay cuatro caminos en la desventurada vida, puedes tomar cualquiera pero jamás los podrás rodear, dos líneas marcan el destino mortal y una gran rueda la gira las confundidas almas. Los oráculos desaparecerán y en los libros buscarán el secreto de la inmortalidad, no se han dado cuenta; para existir siempre hay que quedar grabados en el tiempo, en un beso, un mensaje escrito, cuando alguien te recuerda, ese día serás inmortal, cuando te busquen con furor, tu amor ronden y tu sientas una extraña simpatía y te derritas cual acero en la fragua de altamar. No hay más dolor que el de no sentir al espíritu en carne viva mientras haces el amor y ves que tu pareja y tu son lo mismo y que sus cuerpos son un altar, como un eslabón de cadena que nadie puede romper… cuando llueva y no sientas tristeza, cuando te abandonen y no intentes quitarte la vida, cuando bebas , te emborraches y no sepas a donde ir y estés totalmente solo es el momento de comenzar, el nuevo camino a trazar, y el que sigue, hasta encontrar el sendero que te lleve a las montañas y sobre un atalaya puedas gritar ¡lo logre! ¡Estoy vivo!…

Perséfone: Levantarme puedo hacerlo, pero ya perdí mi camino, es verdad que me arrepiento y al mismo tiempo no quiero hacerlo, que no es posible que se pueda amar a dos personas al mismo tiempo, mas no es acaso la luna dual, de un lado deslumbrando y del otro secretos oscuros aloja, si la personalidad es una máscara, yo cargo el antifaz de mujer fatal, pero aun así los amo, es un dilema que me quema, pero ¿Qué estoy diciendo? Bajé al infierno por el que es mi hombre, seguro en su pecho ha tatuado mi nombre, y la sangre que a borbotones pierde por mi es porque no he llegado a su lado; dejaré mis caprichos lo amaré el resto de mis días, arderé cual volcán y me fundiré en el…

Cecilia: Estas volviéndote loca, la cordura te ha dejado, se fugo a donde brilla el sol, precipitada huyó de esta zona oscura y tenebrosa, no debes caer en la tentación tus depravaciones, debes enfrentar y con la magia aniquilar, la virgen del mar de plata aguarda con su guadaña para decapitar tus malos pensamientos, ella brilla sobre la luna y los serafines son sus guardianes, solo llámala y ella acudirá y a sanar tus males, y cuando acabe esta empresa siempre recordarás que con el corazón no se juega.

Beatriz: Basta, los 2 están bajo el efecto de la locura a este nivel es indomable cuan fiera rabiosa, avancen por el sendero del lodo pero no se ensucien cual loto, no se detengan, no hagan caso a los arboles parlantes o perderemos a alguien en el trayecto. (El camino es lodoso y hay abundante maleza, a los costados cientos de arboles con rostros de bebé, glotones, hinchados por tanta comida. gula diría Dante el de Florencia.)

(Cecilia alza su mirada al cielo y alcanza a ver un agujero en las cavernas en el infinito una pequeña luz parpadea cual vela a punto de morir.

SEGUNDO ACTO

ESCENA UNO

Cecilia: No hay pintura más linda y hermosa que las manchas del cielo, azul profundo y perfecto, el atardecer del mundo es un nuevo comienzo para los que han fallado el hoy, hay bondad y fuerza para derrotar el ahora, sin parpadear, sin caer luchando en la batalla de la vida en donde caen tendidos miles de cuerpos mutilados por palabras y angustias, desesperados caen en un pozo sin fondo… todo es oscuro ahí, las estrellas no existen, invocando siniestros pensamientos caen presa de malos momentos, se acaba la cordura, ni siquiera llegan las lagrimas en busca de consuelo y buscan morir… caer… caer… morir…. No hay salida, existen depresiones fatales que no tienen cercos solo hay una gran pared que no tiene final, ni puertas mucho menos ventanas que abrir para escapar, solo un miedo indescriptible los ata con las fuerza de la negatividad y solo piensan mal y morir por la mañana, morir a medio día, morir por la tarde, morir a media noche, morir ignorando que la salida está a solo un paso, la línea que separa la oscuridad de la beatitud… está ahí.

Perséfone: Quiero caminar en medio de este fango de odio, no pararé hasta llegar a él, puedo llegar quizás en un último esfuerzo, vamos canta tú que tienes en tu voz el consuelo que buscan los faltos de amor, es este lugar que no es más que una pesadilla sin salida la boca del lobo y sus colmillos me destazan, dame licor para no sentirme tan sola, quizás logre ignorar el dolor, pues es meramente embajador del olvido no voluntario y saca del pecho el espanto dando el valor que corrió despavorido, cuando a Satanás vio correr de frente cual toro en faena mortal, quizás tengas algo de alcohol para mí, así podre caminar sin parar, llegar sin mirar atrás y salir de aquí, como lo hacen los colosos derrotando gigantes de un solo ojo, que tiranos se alzan al cielo conquistando a ilusos que osan destruirlos con espadas temerosas, al fin y al cabo lo que importa es ganar, dame licor y llegare hasta el final y saldré victoriosa de este lugar. (Perséfone cae al suelo embriagada)

Cecilia: ¡Oh¡ infierno denso, te manifiestas en formas horribles y tentadoras, la magia natural que hace que los vicios sucios se manifiesten y cobren vida para sucumbir de valerosa encomienda y tratar de derrocar aquellos que cruzan para llegar a un fin bueno y la luz te apresuras a apagar.

La maleza se manifiesta monstruosa cual forma humana mas los brazos y piernas raíces son; estos se contonean en dos movimientos coreando palabras con una tonalidad grave cual tambor de guerra a media batalla) es entonces que los que viajan en el infierno quedan atrapados en un circulo de raíces que no paran de moverse y entonan canticos perversos.

Raíces: No saldrás de aquí, es complicado vivir, en mi puedes confiar soy un ser que te deja ser, te invito a bailar la danza de la irrealidad y todo será felicidad…

Perséfone: No lo puedo ver… no lo recuerdo… solo sé que aquella tarde la probé, era cristalina, me dijeron te causará risa, luego ardió mi garganta y sentí ganas de vomitar pero la risa me atacó, desprevenida di vueltas sin parar, todo giraba cual rueda de la fortuna en la feria del pueblo, yo en medio no paraba de dar vueltas, cuan feliz fui que no me detuve, de vez en vez la tome, ella y nada mas ella fue mi amiga fiel, siempre que quería reír la llevaba conmigo y yo era feliz muy feliz, sonriendo todo el tiempo yo era tan feliz; un día ella se fue… no me dejaron verla yo me quería morir, no quería estar sin ella pues era mi amiga, me hacía reír, mas sin ella como sufrí.

Raíces : No saldrás de aquí, la vida es un funeral, eres un cortejo, nosotros un consuelo, la vida un féretro, nosotros un carnaval de alegría, no lo pienses, mas vamos a bailar, acompañanos seremos felices todo la eternidad.

Perséfone: No lo recuerdo bien, era oscuro como esta caverna pero cinturones sujetaban mis brazos y no me dejaban mover, ya no podía bailar y dar vueltas en medio del salón estrellado en donde la fogata era un ritual de amigos, brindar por lo que ha de llegar, tanta alegría me hacia llorar, flotaba como una mariposa que se iba entre el viento hasta caer al amanecer, que no hay nadie que me saque de esta pena, amiga ¿en donde estas? ¿Por qué me has abandonado en este horrible lugar?

… Tengo ya mil días llorando y una noche suspirando, te extraño que no ves que me haces falta, es que por ti hasta una dura fiebre sufrí, tanto agonicé que me vi cara a cara con un demonio que se burlaba de mí y me decía que iba a morir, mas le reclamé y le dije que yo iría por ti, se donde estas, te tienen presa como a mí, en algún lugar, lejos de mí te tienen corazón, mi amor iré por ti lo juro, te encontraré.

Raíces: No saldrás de aquí, no te dejaremos ir, nosotros bailaremos para ti, aquí no hay por qué sufrir, si lo que quieres es licor nosotros los tenemos por litros; jamás saldrás de este lugar.

Perséfone: … ¡No¡ no quiero perderte amiga, pero por que te gusta verme asustada, si antes solo me hacías sonreír, te quiero, hasta mentí por ti, robé y no me importó en que acabaría la historia, solo quería estar a tu lado juntas, las dos caminar a cualquier lugar, ahora no estás y yo te añoro, dime si regresaras, desata un huracán y destroza estos lazos que no me dejan huir hacia ti, esta noche me exorcizaran dicen que un demonio eres al que llaman licor, una enfermedad en la sangre, que sois fatal, hay una forma de huir de esta realidad y es embriagándome de tu perfume porque esta realidad es cruel, en la que solo se acostumbra mentir para obtener un bien común para una sola persona, canallas idiotas no me podrán parar, huiré contigo hasta el final.

Cecilia— La lluvia mojaba su cabello color oro, en los charcos se acumulaban rápidamente pensamientos de lejana alegría,— no son por nada las nubes grises un símbolo de neutra hambre del mundo y sus bocados de esperanza, salta en la charca y sacude el lodo de tus pies, mueve tu cabeza vuelve a comenzar, no hay distancia infinita, ni camino sin destino, los puertos esperan por ti, cuando llores recuperas fuerzas perdidas, que quizás las dejaste en algún lugar olvidadas pero que más da, están de regreso recíbelas con gusto abrázalas y diles bienvenidas sean, hoy nada te detendrá.

Raíces: Calla planta y vete de aquí ella es nuestra

Cecilia: No jamás lo hare, antes moriré en el intento, pero nunca la abandonaré.

Raíces: Morirás si no te alejas pedazo de estiércol, estas en nuestros lares, es aquí donde perecerás.

Cecilia: No conoces mi fuerza de voluntad, el hacha de la Fe les partirá el corazón, es mejor que huyan de mi ira, los haré trizas.

(Cecilia destruye a los monstruosos de raíz con el hacha de la voluntad)

ESCENA DOS

(Mientras continúan caminando por el fango, Perseo oculto en el tercer pasaje divaga entre tinieblas y surrealismo)

Demonios: Cuando de niño pedía, se le concedía, lagrimas fortuitas, berrinches de peaje y al final lo que quería lo tenía… Trabajamos en silencio, la industria del placer visual, sensorial y animal; hacemos rugir motores, alteramos las emociones no podrás parar y querrás más, tu cuerpo lo pide dale pues lo que exige, estamos en todas partes y todos lados, frente a ti, a un lado y tan dentro que no lo sientes, nosotros diseñamos un mundo perfecto para cada quien, hay para todos no hay que hacer fila, si lo que quieres es escapar de la realidad con nosotros no tendrás problemas, te alejaremos tanto de la triste vida que con nosotros querrás vivir y lo harás.

Perseo: ¿Donde estas padre? ¿Por qué me has abandonado? ¿Qué es lo hago en este macabro lugar? Llevo ya 3 días caminando pero no logro dar con la salida, entonces me acuerdo de ti pero que idiota soy, solo cuando en problemas estoy metido recuerdo que soy tu hijo. Aun recuerdo aquella tarde en la que me dijiste: si no cumples con tus labores no podrás usar el auto y y aun asi, lo tomé, a la media noche me fui a estrellar… mi sangre alegre se burlaba y a borbotones me recordaba que las ordenes no son flexibles y que de esa manera tendría que aprender, mis piernas no respondían tenía clavada una varilla y entonces te recordé.

Demonios: Ven mi niño, ven con nosotros volaremos a mundos siniestros pero misteriosos, porque en lo oculto no hay más que sorpresas, pero hay que llegar o no sabrás cual te toca, nos movemos cual pez en el océano, un banco de muchas sorpresas, el tiburón se acerca, de un mordisco te llevara a un bello lugar, no duele no hay rencor, no hay muerte solo resurrección, la realidad aparte, frente a ti, proyectada por pixeles, mundo alternativo, aquí también puedes amar, solo debes entrar, agrega tu nombre y vende tu alma a Satán, solo deberás escribir una palabra secreta y nadie podrá ver lo que haces tras un ordenador.

Perseo: La tarde se cayó a pedazos, no quise ir a verla, total ahí estará mañana, trato de reconstruir mi imperio, nadie manda si no yo, aquí soy el rey del mundo y nada allá afuera me importa, alcancé a escuchar el canto de las sirenas, no hay lástima ni pudor aquí, el que manda soy yo, impenetrable e indestructible y si perezco por ambigua situación renazco con mas ficción solo somos yo y mi ordenador.

Demonios: Hoy es tu gran día, hoy arrancaremos lo que te queda de alma, el resto la donaste cuando caminabas con los vivos, es momento de terminar lo que iniciaste, te devoraremos cual cordero indefenso, deja ya de lamentarte pues es tu gran día y morirás, estos colmillos no son virtuales sangraras al filo del blanco calcio, te descuartizaremos, esta vez no escaparas, la tortura será lenta, sufrirás lo indecible y cuando quieras morir no te dejaremos marchar…

(Cecilia y Perséfone están frente a la segunda puerta en la que un enorme guardián de piedra permanece impasible)

Cecilia: Este que esta frente a nosotros es el guardián del umbral uno de los engendros más despiadados que existe, tenemos que tener mucho cuidado, si el demonio de la mente era un perverso este es su maestro.

Perséfone: No puedo más… no quiero continuar hay que dar marcha atrás, creo que aun podemos correr sin importar lo que piensen, esto es demasiado para mi, jamás pensé que sería de esta manera.

Cecilia: La derrota no tiene cabida en este lugar, no lo entiendes jamás saldremos de este lugar retornando hay que salir por las barbas del rey de este mundo, atrás solo hay despojos y la segunda muerte.

Perséfone: No hay salida, no hay escape, mis fuerzas han perdido voluntad, se marcharon como las golondrinas del invierno a un lugar más cálido y seguro, que se supone que debemos hacer, ese que esta frente a nosotros aguarda para destruirnos de un solo golpe.

Cecilia: Solo la quietud… solo un suspiro… calma tu mente y deja que llegue la respuesta con los corceles de la calma, en los latidos sentirás el galope de los caballos de la tranquilidad, si no los controlas se desbocaran al desfiladero de la locura.

Calma ven, yo te invoco, calma ven, te lo suplico, calma ven ,yo te conjuro… pánico huye, sal de mi cuerpo, nadie te invito a convivir entre nosotros, ahora que la tormenta se ha calmado, ahora que los huracanes se mudaron a un lejano desierto, ahora que las estrellas ocultas están, se que aguardan por nosotros, en ellas viven los recuerdos de milenarios romances y besos en alta mar, aun cuando la marea estremece temiendo a la luna que juega con ella y al final ríen juntos los dos.

Perséfone: Hay que avanzar, vámonos de aquí, has que el guardián nos permita atravesar la puerta y cruzarla para rescatar a Perseo de esta eterna calamidad…

Guardián: Tus deseos no son tolerados aquí, ¿por quién me tomas? Crees que soy un genio y haré tu voluntad, están a punto de caer en mis aposentos, un paso más y sus almas sonarán cual palmada al viento, no han imaginado lo que es el sufrimiento no hay calculo de este cuando yo entro en el juego.

Perséfone: No me detendrás aberración del infierno ya te he visto antes y te derrotaré…

Cecilia: Lo hiciste esa noche que agonizabas buscándola, ella no era tu amiga sino una despiadada criatura que se retorcía dentro de ti moribunda y te pedía que continuaras bebiendo y tu funesta y nihilista nublabas tu mirada muriendo y al mismo tiempo naciendo.

Guardián: Ella era tu amiga y la traicionaste, la abandonaste en la calle de la amargura, en donde en las calles solitarias se arrastraba moribunda y sola, aun así ella te ama y te aguarda, de hecho ella está aquí conmigo ¿quieres verla? Solo ella te perdonara pero… tienes que verla esta mas linda que nunca, y aguarda el momento de tu reconciliación con ella.

Cecilia: Canto a la diosa del cielo y de las estrellas, ayuda, piedad de nuestras almas….

Guardián: Ilusos la piedad aquí ni siquiera tiene un nombre, mucho menos un apodo, una gota no derrama el vaso, una gota y serás feliz, también tengo un pastilla para dormir, solo bebe y tómala y cuando despiertes estarás de nuevo en tu casa, todo esto terminara como una broma y nada más.

Perséfone: No te creo, ¿qué garantía me das si yo pruebo esa gota que dices que tienes para mí?

Cecilia: ¿Qué haces?

Perséfone: No entiendes Ángel necesito una gota ya no puedo más quiero reconciliarme con mi amiga, en verdad la extraño, que más da, no creo en la redención, soy mala y las personas malas no cambian nunca.

Cecilia: No lo entiendes el guardián es el demonio de la mala voluntad, te está engañando.

Perséfone: no es cierto, se que ella es muy buena y me hace feliz y reímos por ahora, además no soporto estar más aquí, solo quiero marcharme y ser otra vez la que un día fui.

Cecilia: No lo hagas, pierdo mis fuerzas soy parte de ti, no lo entiendes si me olvidas y la prefieres a ella moriré en este sitio, ya no alcanzo a percibir… creo que voy a caer…

Guardián: Estas haciendo lo correcto, además hay muchos ángeles por ahí, ya sabes muchas potestades, yo te puedo conseguir un par y que no sean tan parlanchinas y dramáticas, ¡hay sí! Estoy muriendo por favor que escándalo es ese.

Dime estas lista… tengo que lo quieres, lo que buscas y necesitas…

Perséfone: Lo estoy…

Guardián: Toma lo que te pertenece y bébela hasta el fondo, todo acabará al terminar la botella.

(Perséfone toma la botella y la lleva a la boca, Cecilia cae al suelo muerta...)

ESCENA TRES

Beatriz: Fuego ígneo, luz excelsa, pureza divina, ósculo sagrado y el secreto de mi velo, susurro al oído del que sabe escuchar, esta batalla la habremos de ganar…

(Enormes colmillos acarician las mejillas de Perseo a punto de perder lo último que le queda de alma recuerda cuando niño era)

De madrugada despertaba, las pesadillas no me dejaban descansar una bruja acosaba mi alma, mi cuerpo no podía respirar, sentía ahogarme con mi propia saliva, yo te invocaba madre sagrada y tu acudías en bata, yo tan solo te miraba y sentía paz, mientras tanto la bruja furiosa se ocultaba entre sombras esperando que te marcharas, pero para cuando te ibas me confortaba y me hacia fuerte. La bruja se enfureció tanto que llamó a otras tres, ahora me querían llevar con ellas a un lugar al que temía más que a nada, lo recuerdo bien y mis fuerzas se iban, las velas se apagan al paso que daban cuando en brazos me llevaban al siniestro cuarto al que tenia tanto miedo, pero algo paso… era mi madre en mi rescate, te amo madre donde quiera que estés, soy parte de ti, yo de ti… ahora que estoy atrapado te pido perdón, se que quizás no salga de este lugar pero si lo hiciera no te decepcionaría, lucharía de nuevo, ahora solo te invocaría para abrazarte.

Estoy listo dame muerte…

Beatriz Cuando alguien ama… sueña,

cuando alguien ama… vuela,

cuando alguien ama… crea,

sueña, vuela, crea…

Los cuerpos astrales se abrazan,

una estela de luz dorada forma un corazón,

la forja de la vida en la fragua de Vulcano,

cuerpo, sideral, forjando vida…

Un cuervo llega a cantar a la ventana,

anuncia la buena nueva,

los lobos lloran a la luna buscando a su amada,

ha nacido el que guerrero, será y al infierno ira,

saldrá victorioso pues es mi voluntad,

serás un hijo de la luna, semilla del sol.

(Perséfone cae al suelo tendida cual hoja al viento, y este hace su voluntad con ella)

Guardián: ¿Creíste que podías atravesar este umbral así nada más? No es posible, tu empresa ha llegado pues a su fin, esto es todo, ahora solo serás despojos en un lugar de soledad, terror y espanto.

Demonios : El mal triunfó, la tragedia de la vida ha sido completa, pero aún quedan muchos por engañar, almas a las que extraviaremos por los senderos del placer y la ambigua locura que a todos atrae como un imán al acero, otro milenario triunfo, y entre nos pensamos que llegarían al final, pero el final los encontró primero, como el intrépido cazador a su presa ahora vamos por mas y mas, alcen el telón, la función a terminado, aplaudan con fuerza, no los escucho, aplaudan más fuerte, rían ante la comedia y tragedia, ¿no son mejores los finales infelices?…

(Perséfone se levanta con la mirada perdida, cual zombie de las culturas afroamericanas se posa a un costado del guardián del umbral, sus ojos en blanco se cristalizan nacen de nuevo las corneas y de su boca escupe todo el licor que aguardada en su interior)

Guardian: ¿Pero qué has hecho insolente? (arde cual trozo de leña precipitándose rápidamente a cenizas oscuras sin brasas)

ESCENA CUATRO

(La segunda puerta se abre; hay un puente de madera de la espesa negrura cae una nieve color negro cual plumas de cuervo, el horizonte parece un gran rubí oscuro brillante)

Beatriz: Todos a la mitad del camino se han roto como el barro al caer al suelo,

todos lo que han perdido algo, aquellos que no encuentran una salida,

todos fracasan alguna vez y repetidas veces, lo hacen una y otra vez,

los huesos son frágiles, los ojos son emisores del dolor y el cuerpo un mártir azotado

por el látigo del destino, verdugo que no guarda en sus manos compasión…

Manos de fuego, espíritu de acero y un alma de diamante, hay que avanzar,

derrotar el perverso pensamiento, aquí están los mas crueles desenlaces, quien no ha llorado no conoce algún fracaso y por tal motivo somos unos maestros del arte de sufrir, ruta de hielo, pisadas son de fuego, la distancia un monstruo que nos asusta y nos quiere derrotados para escupirnos en la cara….

Demonios a Perséfone: No te imaginas lo que se avecina, un holocausto de dolor sin nombre, cada paso que des será un castigo sin fin, no hay gloria en este lugar de agonía y sufrimiento.

(aparece una manada de demonios) entre ellos conversan;

demonio pequeño y gordo: ¿Que hace ella en esta zona densa? En mil años no vi tal cosa ¿acaso es un mal augurio para los del infierno?, ¿se trata de una cruzada para derrocar a Isabel y hacer fracasar su pandemonio?. Otro demonio responde ¡silencio! ¡Silencio absoluto! No invoques a esa mujer demonio, nos puede asesinar, ella no conoce un átomo de piedad, le gusta devorar a los pecadores y los hace que se alimenten entre ellos, lanza conjuros a los hombres para que se embriaguen de lujuria hasta que se condenen en uno de los 9 círculos.

Perséfone: ¡Basta! Ya, guarden silencio solo avanzaré por este puente sin molestarlos, voy en busca de la puerta gris, mi encomienda no les interesa, vayan pues y piérdanse en sus negocios que aquí no ha pasado nada.

ESCENA CINCO

Demonio flaco y alto: Miren el engendro habló… dime espíritu aventurero ¿alguna vez escuchaste sobre una posesión diabólica? Seguramente que no, si lo pasan en tonterías terrenas, banales, pues este es tu día de suerte, entrare en tu cuerpo sideral y lo hare mío, comeré hasta tu ultimo halito vital, pero no es tan dura esta muerte meramente resulta espectacular que comience la función.

Dramatis personaje

Perseo

Mujer amante

Perséfone

Aquiles

Primer Acto

Escena uno

(Un gran parque abandonado, arboles muertos, sillas destruidas y el quiosco en ruina; flotando en el aire la cocina del diablo)

Perseo: Amor. ¿Donde estabas? Mientras cocinaba un pecado; escondido en el traspatio tocado sus senos hasta las costillas. Estaré con mis amigos charlando cosas de hombres que no incumben a las niñas bien.

Perséfone: Amor ¿Dónde estás? Mientras doraba mi cuerpo, una rosa tendida en la cama y mi amante ocultándose del sol. Estaré realizando la tarea escolar y quizás mas tarde haga los quehaceres de casa, cosas que no interesan a los niños bien.

Aquiles: Amor ¿Dónde estabas Tú? Cuando comía de tu comida, ya no sufro de hambre, lo que tengo ahora es sed. Caminaré por las sombra para que no me puedas ver, oculto soy un espejo donde tú te reflejas, acaso crees ¿que no engañas como yo lo hago?, “los espejos” somos todos unos mentirosos que nos hacen ver ilusiones, ilusorias mentiras que las creemos cual verdad.

Mujer Amante: Amor ¿Dónde estabas tu? Cuando la tarde se marchaba abandonada y sola, yo lo bese lentamente, del cuello hasta los oídos, mientras que el quizás pensaba en tu nombre, yo bebía su deliciosa miel, hasta hacerlo que se mofara de tanto calor, ahora a decidido quedarse a mi lado, mañana quizá no vendrá, pero pasado será un hecho y sábado que entra también.

Escena Dos

(El mismo sitio)

Perseo a Perséfone: Solo a ti amare en esta vida y la que siga, no hay maravilla que se te compare, eres algo que no tiene explicación, no tienes idea del inmenso amor que te tengo que no cabe en este pecho, casi quiere explotar para escribir en el viento tu nombre.

Perséfone a Perseo: No tengo que buscar al alguien mas si tu eres capaz, de llevarme a las mismas estrellas, ahí mismo te voy a besar, nada nos destruirá aun no ha nacido, cuarenta candados tiene mi corazón y no se pueden abrir, pues es solo para ti mi dulce amor, y si pretendes huir no tendrás escapatoria, te lo aconsejo, no te quieras marchar no te será tan fácil “deshacerte de mi”.

Perseo a Mujer amante: Hoy llegue de madrugada, algo ebrio de amor y con ganas de besarte una y otra vez, ahora dime si me dejas entrar… lo sabia ya me esperabas, tu siempre estarás para mi pero si me dices que amanezca contigo no lo hare, se perdería la magia aquella que me hizo enamorarme de ti, amor, ven y a comenzar la noche terminará pronto….

Mujer amate a Perseo: Hoy llegaste algo tarde pero no me importa ya estas en mis manos y pronto serás mío y de nadie mas, mi cuerpo a escrito las letras justas para enamorar por que yo soy una experta en el arte de amar, no te marcharas a ella la dejaras por que ella no te sabe adorar, yo si, lo hago bien, y ella no sabe besar; si en la noche abro la ventana para que entres es para que te quedes, vamos hazlo y te juro no te arrepentirás jamás lo harás con migo te querrás quedar, espero ese día cual marino a altamar.

Perséfone a Aquiles: Te diré que contigo soy mas feliz que el mismo aire, que puedo correr y no tener ataduras, porque contigo soy libre de prejuicios y a ti te gusta como a mi; viviría toda la vida en esta situación pero dime que no cambiara, tu jamás crecerás nunca envejecerás este amor, ahora vamos a mojarnos con la lluvia no tengas miedo que no te dejaré, esto no puede acabar, no es como en los cuentos no hay que ponerle punto final a esta historia jamás, son tus rosas un escape a la realidad el aroma de tu cuerpo una poción con la que quiero pasar las horas, ahora dime si me amas que yo a ti te amo como no lo hare con nadie jamás…

Aquiles a Perséfone: Toca la canción que tanto me gusta, en ella esta escrito lo que por ti siento, en ella describe lo que me pasa contigo y esta historia de novela rosa, en la que todo acaba bien, es por eso que contigo quiero vivir, vamos dime que si me quieres tomar, y si aceptas jamás te dejaré, te lo juro, a tu lado moriré como las rosas mueren al dejar la tierra así me pasaría si me fuera, al morir el crepúsculo me iría con el, aunque la canción habla de desamor al final todo sale bien, vamos dime que conmigo te vas a quedar, prometo darte espacio y no seguirte a donde estés, esperare con ansia, no molestaré no hare ruido, todo haré pero quédate a mi lado y te hare la mujer mas feliz del mundo.

Perseo a Aquiles: Se que andas rondado a mi mujer, si te encaro te arranco la garganta y te arranco el corazón para que se lo coman las aves de rapiña.

Aquiles a Perseo: No te dejare que te quedes con ella, si es necesario, hare lo que deba hacer…

Escena Tres

Demonios ¿Quién sabe para que sirven los dramas? al fin y al cabo se que nos hacen pasar buenos ratos.

(EL MISMO LUGAR)

Perseo a Perséfone: Sabes hoy hizo mucho aire tu cabello sacudió brutalmente y pude verte distraída contestando llamadas a escondidas, con desdén y un agradable sonido vi como desenvainabas sonrisas que ocultan un trasfondo lo se, dime ¿ya no me quieres amar?, ¿no quieres estar más a mi lado?

Perséfone a Perseo: La distancia me mata, solo tengo amigos no hay porque dudar, si cuando tu no estas ellos me dan el sol, y yo alegre lo paso con ellos, no pasa nada, no tengas miedo, solo tu estas en mi camino, no hay mas en mi destino.

Perseo: Tus palabras son como un avispero endemoniado, tu aliento el viento que las asusta y las pone bravas y duras de matar, ¿Quién si no tú sabes cómo abordar el misterio de tu ausencia? mientras que yo pido un solo día de amor, a ti te importa un comino mi opinión, si me amas has algo, no me des las espalda y abandona tu camino errado.

Demonio flaco y alto: Los recados eran dagas afiladas, siniestras charlas, al fin y al cabo ambiguas dudas, con lastras que dejan los animales que secretamente viven en la mente, al final... solo es un vacio...

Estos ya me aburrieron saltémonos unos 3 actos y vayamos justo al final.

(Dos cuerpos yacen en el suelo, inertes y sin vida, hincada esta dando la espalda a los actores, Perséfone, la espectadora va caminando lentamente a donde estos personajes, y en un movimiento rápido gira la cabeza y en su boca restos del vientre de Perseo….

Perséfone, la espectadora cae al suelo… la otra Perséfone comienza a convulsionarse hasta reventar, como una crisálida sale de ese cuerpo una hermosa mujer su nombre es Isabel

Isabel: Mi nombre es Isabel o bel, este lugar es mi pandemonio personal ahora vamos todos juntos a cantar, pues quien no cante de un tajo será decapitado, ahora (con voz ronca y metálica) vamos a cantar…

Isabel: Si miras que a lo lejos unos ojos te acechan, entre las espesas tinieblas te mueves de lugar buscando refugiarte en algún farol, mientras que un sonido se aproxima a ti, un susurro rompe el silencio y todo se enmudece, un grito hace estremecer la noche, la locura se apodera de tu mente y pensamiento es cuando el sentimiento comienza a morder es entonces cuando hay que correr…

Ibas caminando como siempre con la mirada al suelo, no sé que ibas pensando, lo supe después cuando unas faldas volteaste a ver y deprisa te imaginaste obscenas imágenes, entonces pude despertar, alojarme en tu cuerpo que fácil es drogar la mente estimulándola con imágenes sensuales, ahora yo mando y dirijo.

¿Amor?

Ayer te conocí, no sabía a donde ibas pero te seguí, me miraste y caíste, después de un par de bromas y hacerme el desentendido, me besaste bajo el farol que daba muy poca luz, te tocaba y mi cuerpo temblaba entero como si tuviera frio, la sangre comenzó a calentarse y todo se convirtió en un bello sueño… algo mas cursi aun...

Existen galaxias que no están registradas en el universo, cielos que no están en lo alto, cuando volteas no existen, pero cuando te beso puedo verlas. Cuando te beso viajo a un lugar lejano, del mar la arena y las montañas parecen resurgir como fuego de los volcanes, te miro y no mido el tiempo, me doy cuenta que no existe, solo son tus labios tocando los míos, que tus manos son unas aves de luz que eres una ángel extraviado, y has venido a salvarme de la crueldad de la soledad.

¿Pasión?

Me desnudas con los ojos de la mente, con tus manos, con tu corazón,

me pierdo entre selvas y tu cabello se enreda entre mis dedos cuando comienzas a explorar,

hay rasguños que no duelen y dan felicidad, ya no se distinguir un beso de otro beso,

me deslizo por tus senos hasta llegar a tu vientre, siento tu pecho que golpea mi mano cual loco martilleo, quizás sea un loco que quiere escapar y tu cuerpo sea una celda que lo tiene preso, mientras cedo el vapor se comienza a manifestar y te mojas desde el cabello hasta los pies, no te muevas, no lo hagas siento que me voy a ir…

¿Obsesión?

Las estrellas se caían al mismo tiempo que tu cintura se movía sin cesar, un gemido rompió el silencio y la tranquilidad, la espuma del mar se juntaba en la orilla y formaba letras que no decían nada en concreto, los gemidos, gritos destellantes explotaban en carcajadas y felicidad ilusoria, fatal desenlace; un vacío quedo entre su cuerpo y el mío ya no había esa magia natural que los labios al principio nos daban, algo hizo que me diera la vuelta y cerrara los ojos y fui cayendo en un sueño… al despertar no quería que te fueras, eres mía y de nadie mas, cuando te alejes sería capaz de asesinarte, no te vayas de mi jamás, cuando tengas problemas estaré ahí para resolverlos si es necesario, decapitar sentimientos . Toma este teléfono llamaré tres veces y las tres me contestarás, me dirás en donde y con quien estás, las veces que duermas y cuando respires, llevare todo a bitácora, guardaré en libros todos tus detalles y tu amor, no olvides decirme que estas haciendo, con quien estas y lo que harás después, mira que aquella señora me esta echando una mala mirada si no disimula la voy a dejar muda pues tu dueño soy yo.

ESCENA SEIS

La Muerte de lo que llaman AMOR

No se que me pasa pero ya no siento lo que solía sentir….

No se que es lo que pasó, pero pasó ahora estoy tan confundido…

No se en que momento se fue la chispa que encendía el motor de mi amor…

Aquella tarde en la cocina cenábamos y te dije que ya no te quería; que la comida sabia a podrida, tu me bofeteaste con el desprecio del silencio y yo tuve que darte una paliza esa es mi póliza que me asegura que hablarás, no te hagas la mustia si antes no parabas de hablar y yo como idiota escuchando, con tal que me regalaras un beso el que ahora deposito en un cesto se los doy a quienes recogen la basura, no cambias con el tiempo te pones peor, es por eso que encontré la muerte de lo que llaman amor, si yo lo único que quería era tener un rato de pasión, se me paso el drama de la actuación y me quede con todo y la actriz que solo era para actuar y pasarla mejor, pero se me salió de entre las manos y de mi te fuiste a enamorar, no lo entiendes no soy solo para ti y tu no eres nadie para mi…

Perséfone: ¡Basta! No lo soporto, por favor saca de mi cabeza todas esas confusiones.

Isabel: Rompe el círculo mágico que te hizo la gitana y saldré de tu cabeza.

Perséfone: Lo haría, pero no se como

Isabel: solo imagínate que se rompe…

Perséfone: Lo hare pero déjame tranquila y déjame ir no quiero estar más aquí, estoy a punto de enloquecer.

(El circulo se desvanece, una multitud de demonios se aproximan para devorar aquella alma fresca, Beatriz se Cristaliza)

Beatriz: Yo soy la estela del universo, el poema del cielo y los titanes me adoran, ustedes no tienen poder alguno para derrotarme si no se alejan los haré trizas al instante.

Isabel: No lo entiendes Diosa de los cielos ella es mía como lo es la humanidad, soy aquella que los incendia y les da el mayor placer, soy el mismo placer en carne viva, ellos me adoran tu que sabes de eso, si la pasas asesinando pensamientos malsanos esos que son los mejores y nos hacen hacer travesuras que a todos divierten, no lo entenderás jamás.

Beatriz: No lo permitiré soy alma y conciencia de esta esencia, no podrás detener la tormenta que se avecina en este lugar si es necesario lo voy a derrumbar…

Isabel: No será así virgen pura y santa tus poderes no funcionan en este sitio, tu lo deberías saber, la única arma que tienen es la voluntad de Perséfone y esta ha muerto ya, además rompió el circulo mis bebés la comerán en cualquier momento, a menos que un milagro pase y los milagros aquí no existen

(Beatriz grita con todas sus fuerzas)

Beatriz: ¡Cecilia! regresa y pelea, como lo hacen los de voluntad de acero.

(Cecilia se presenta en forma estérica con una gran hacha de fuego y mata a los demonios que se acercan a Perséfone que sorprendida mira aquel ángel de luz)

Isabel: Has ganado esta vez virgen, pero no es la guerra, ahora lucharemos por toda la humanidad, veamos quien gana al final… por ahora pueden pasar pero en cuanto sientan pasión, odio y ganas desenfrenadas de sexo ahí estaré yo.

Perséfone: ¡¡Aléjate de él terrible entidad siniestra!!

(La entidad macabra habla con voz metálica, la celda se trasforma en la cocina del diablo la cual arde incesantemente)

Demonio: Es demasiado tarde lo han devorado sus propios pecados y dime tú, alma valiente ¿Qué pecado cocinaras esta noche?

Perséfone: Te arrancare el corazón con mis propias manos, y lo arrogare al fuego.

Demonio: La condición humana es pecar por naturaleza, engañar, mentir seducir, ¿acaso crees que no lo seguirás haciendo?, ¿dime cuanto tiempo serás fiel a una causa sin caer en tentación?

Perséfone: No te lo puedo decir, es algo es que ahora no está en mis manos, solo sé que amo al que ahora devoras y no te lo perdonaré, esta noche pagarás…

Demonio: No lo entiendes, yo soy tú y tú eres yo, si me destruyes morirás también, loca decrépita… yo soy tus ansias por ver a este tipo en tus brazos, no lo entiendes lo he devorado para ti, ahora vamos por más, aun hay más que comer en la jungla de la vida.

Perséfone: (en sus pensamientos) no puede ser… ¿qué he hecho? pero esa criatura ¿acaso será cierto es parte de mi real ser? Lo haré… esta vez lo haré… no lo pensaré mas… que pase lo que deba pasar…

Beatriz: Labios; mensajeros de palabras no articuladas, heraldos de estados de conciencia infinitamente bellos, aves que planean en las nubes y viajes siderales, ¿acaso el enamorado no añora desesperadamente un beso que lo aliente a derrotar a cualquier adversidad?, no importa la lluvia, el desierto o el frio, por un beso tuyo daría mi vida, por un beso tuyo por siempre existirá, por uno solo el tiempo detendría, te amo y es por eso que existen los besos…

(Perséfone cerró los ojos, cruzo el tercer umbral lentamente, abrió los ojos, a un lado de ella unos enormes colmillos le susurraban al oído mientras que tomó de un solo golpe a Perseo, lo beso y cayó al suelo a un lado de él, simplemente se fue acompañándolo)

Beatriz: Niños perdidos despierten, vamos no hay tiempo deben despertar ¡despierten!

Perseo: Perséfone, has venido por mí…

Perséfone: Es el amor el que me hizo venir… ¿pero que hice? Cecilia ¡Ho! No…

Beatriz: Cárgala no puede quedarse en este burdo lugar…

(Perséfone abraza a Cecilia y llorando pide por ella al cielo, Cecilia desaparece entre las sombras de aquel lugar)

Beatriz: Así es como termina la crónica de la Cocina del Diablo.

Libre albedrio…

Amas a alguien…

¿Cuánto tiempo dura el encanto del amor?

¿Crees en el amor?

¿A dónde te lleva?

¿Mientes al que te ama?

¿Lo engañas?

¿No? ¿Sí? ¿Bajarías al infierno por el ser al que amas?

Dime tú querido lector… ¿Qué pecado cocinaras hoy?…

FIN DE LA COCINA DEL DIABLO

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Maestro Liger!!!!!!!!!!!

La mujer perfecta, tienen que ver este video